NUESTRA HISTORIA

Hace más de 60 años, Vicente y Lourdes fundaron un pequeño bar en El Peligro, un acogedor pueblo en las montañas de Asturias. Con esfuerzo y dedicación, convirtieron su negocio en un punto de encuentro para los vecinos y viajeros que buscaban disfrutar de un ambiente familiar y una buena conversación junto a una comida casera.

Curiosamente, el nombre de la aldea, «El Peligro», tiene una historia que Vicente, nacido en 1929, nos contó. Según recuerda, en tiempos de guerra, cuando la gente viajaba en carros por los caminos, había un cruce cerca de aquí donde se encontraba una caseta. En esa caseta se escondían vándalos que asaltaban a los que pasaban. La gente decía que, si lograbas pasar por la caseta sin ser asaltado, habías «pasado El Peligro». Así quedó bautizada esta zona.

Con el paso del tiempo, Vicente y Lourdes añadieron cuatro habitaciones a su pequeño bar, ofreciendo alojamiento a quienes deseaban prolongar su estancia en la tranquilidad del entorno rural, y también un pequeño comedor, donde la cocina casera seguía siendo el alma del lugar.

Cuando llegó el momento de su jubilación, su hija Loli tomó el relevo, continuando con el legado familiar. Bajo su gestión, el negocio experimentó una renovación: se llevó a cabo una reforma para modernizar las instalaciones, ampliando el alojamiento a siete habitaciones y añadiendo una parrilla de leña, un sello distintivo de la gastronomía asturiana.

En 2023, Loli decidió jubilarse, y fue entonces cuando nosotras, Silvia y Andrea, decidimos asumir el reto de continuar con este emblemático negocio. Aunque no somos familiares de Vicente, Lourdes ni Loli, compartimos su amor por la hospitalidad y su dedicación a la buena cocina. Silvia, originaria de Borres, y Andrea, de Gijón, llegamos a este proyecto con la ilusión de mantener viva la esencia de Casa Vicente.

Con mucho cariño, hemos mantenido la esencia que ellos imprimieron en este lugar, respetando la tradición y la hospitalidad que siempre han caracterizado a la Pensión Parrilla Casa Vicente. Al mismo tiempo, hemos introducido un toque de frescura y modernización, adaptando la pensión y la parrilla a las expectativas de los huéspedes de hoy.

Pensión Casa Vicente sigue siendo un refugio para aquellos que buscan disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza asturiana, la calidez de un servicio cercano y la autenticidad de una buena parrilla de leña.